La galga favorita del príncipe Alberto, "EOS", pintada por Sir Edwin Landseer. Acompañó al príncipe desde sus catorce años y viajó con él a Inglaterra. Cuando Eos murió, con diez años de edad, fue enterrada en el cementerio familiar de palacio. Landseer se encargó de realizar un monumento a Eos para su tumba.

Eso, es amar a tu perro.

"SIEMPRE QUE VEO A UN CAZADOR SEGUIDO DE SU PERRO, LA ESCOPETA AL BRAZO, NO ME OLVIDO NUNCA DE DESEARLE BUENA CAZA. DICEN QUE ESA FRASE ES DE MAL AGÜERO". Julio Verne

viernes, 5 de diciembre de 2014

Sus perros son asesinados por un cazador y el juez ordena el archivo de la denuncia



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Todos los que hemos tenido alguna vez un animal como amigo y compañero sabemos lo difícil que es afrontar el momento en que llega su final y nos toca despedirnos de él. Aunque haya llevado una vida feliz a nuestro lado, y muera simplemente por los efectos de la edad, sin tener ninguna enfermedad ni padecer ningún sufrimiento, resulta muy duro encarar el momento en el que el corazón de nuestro amigo deja de latir, muchas veces en nuestros brazos.

Si así de amarga es la experiencia de la muerte de tu animal por causas naturales, imaginaos cómo se tiene que sentir en estos momentos una amiga de Egapeludos a la que le han matado cruelmente y a sangre fría hace unas semanas a sus dos amigos más fieles y queridos, sus dos perros. Un individuo que se encontraba al otro lado de los límites de la propiedad de Vanesa efectuó varios disparos con su escopeta de caza sobre los perros de ella, al menos uno de ellos dentro de la propia finca de nuestra amiga. ¿El motivo? Los perros le molestaban, o le daban miedo, o el que fuera... ¿Qué más da el motivo? ¿Cómo puede nadie pasear con un arma cargada al lado de una vivienda y disparar hacia la misma? ¿Y si en vez de perros fueran humanos?

Esta pregunta se la podríamos hacer al juez que ha ordenado el archivo de la denuncia presentada por Vanesa contra el que disparó a sus perros. Porque, sin duda alguna, si los heridos o fallecidos hubieran sido humanos el resultado de la denuncia hubiera sido otro. Pero, como "sólo" eran animales, pues se ha decidido que nada suceda y se sobreestime la causa. Cuesta entenderlo, pero hay que recordar, como así está denunciado por distintos medios y organizaciones, que en Navarra la mayoría de denuncias de maltrato animal son archivadas. Aunque no logremos comprender la razón de que no se persiga a los maltratadores, y pensemos que el que maltrata a un animal también puede ser que llegue en algún momento a maltratar a un ser humano, como así lo indican muchas estadísticas.



Vanesa, lógicamente, esta destrozada. Tanto por el asesinato de sus perros, a los que con tanto mimo y cariño cuidaba, como por el resultado de la decisión judicial. La sensación de desamparo, de abandono por parte de la justicia, es inevitable. ¿Disparan hacia tu casa, matando a tus perros, y no pasa nada? ¿En qué clase de sociedad vivimos en la que una persona armada puede disparar contra una propiedad privada o un animal inocente sin que tenga que afrontar ningún tipo de consecuencia por sus actos?

La única lectura positiva de este suceso es pensar que este hecho es aislado. Que cada vez más gente nos apoya en nuestra lucha contra el abandono y el maltrato animal. Que cada vez más gente demuestra más sensibilidad hacia nuestros semejantes de cuatro patas. Que cada vez son más personas las que protestan contra cualquier tipo de injusticia o abuso cometidos contra los animales. Y muchas personas han trasladado a Vanesa su apoyo, comprensión, y ánimo en estas últimas semanas.

Pero todo eso no hará que los perros de Vanesa vuelvan. No podemos hacer nada para traerlos de vuelta con nosotros, para que vuelvan a disfrutar del amor de su amiga y compañera, y devolvérselo con creces; pero sí podemos protestar y levantar nuestro testimonio para que hechos como estos no vuelvan a suceder. No podemos cambiar el mundo ni evitar que existan irresponsables armados y togados insensibles con el daño cometido por esas armas; pero sí podemos mostrar nuestro malestar y demostrar nuestra frustración por el resultado final de este suceso, en el que las únicas víctimas han sido Vanesa y sus perros.

Y a Vanesa, como único consuelo, le queda el saber que no está sola, que todos los miembros de Egapeludos y todos nuestros amigos animalistas comparten su indignación y el dolor por la pérdida de sus compañeros peludos. Porque le he pasado a ella pero podía habernos pasado a cualquiera de nosotros. Por eso estamos con ella, porque todos nosotros sabemos lo duro que es perder a nuestros animales, y podemos imaginar lo durísimo que nos resultaría que, además, nos los mataran a tiros. Y lo frustrante que tiene que ser que la justicia no te proteja. Por eso mostramos nuestra comprensión y nuestro apoyo hacia ella. ¡Mucho ánimo, Vanesa!



Os dejamos con unas fotos a modo de homenaje y memoria de estos preciosos animales. Para que veáis lo peligrosos que eran con los adultos y con los niños. Nunca dejarán de acompañar a Vanesa, en sus recuerdos y en su corazón.

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