Algunas veces cuesta hablar, no se sabe por donde empezar a contar una historia, así que lo vas dejando buscando una inspiración que sabes que no vendrá de fuera. Hasta que llega el día, hoy por ejemplo, en el que repasando las fotos de Ruth te encuentras con sus ojos.
Busca el momento para leer esta historia que nos la estamos arrancando del teclado y del corazón, por favor, y ayúdanos.
Ruth llegó a nosotros hace seis años, lo hizo desde Huelva derrochando alegría y juventud. Trabajamos para encontrarle un hogar y una familia pero la suerte nunca ha estado de su parte: idas y venidas, casas de acogida, vueltas al refugio… Y el dolor.
De repente Ruth no podía ponerse en pie y hubo que operarla urgentemente de un problema de columna. Operaciones, rehabilitación y fisioterapia en un centro especializado. Idas y venidas. Muchas lágrimas. Mucho esfuerzo. Mucho dinero. Y Ruth no andaba, ni siquiera se ponía de pie.
¿Qué podíamos hacer? ¿Dónde llevar a Ruth si nadie la quería en su casa? Finalmente tuvimos que llevarla al refugio, asustados y desmoralizados. ¿Y ahora qué? ¡Hemos de conseguirlo, Ruth se lo merece! ¡Ruth quiere vivir, y jugar, y ser feliz! Por ella, por ella, siempre por ellos.
Y capitaneados por Francisco nuestros chicos se pusieron manos a la obra: construyeron y financiaron una parcela especial, con su casita y su porche para que Ruth nunca se quede sin lugar donde cobijarse del sol o de la lluvia; limpiaron la piscina de la casa donde está el refugio y la llenaron de tal manera que pudiera hacer los ejercicios en el agua; inventaron y fabricaron un circuito de rehabilitación en el jardín. Todo, nuestros voluntarios, ellos con su esfuerzo y su dinero. Todo por Ruth.
El esfuerzo, el entusiasmo, la ilusión, la dedicación y el amor a lo bestia han hecho el milagro ¡y Ruth camina! Espera, espera, que va otra vez… ¡RUTH CAMINA!
¡¿No son nuestros voluntarios lo más grande que hay en el mundo?!
Ahora Ruth necesita una familia, la recompensa a tantas ganas de vivir y al empeño de nuestros compañeros ha de ser la adopción de nuestra perra valiente.
Ruth tiene ya 8 años así que nuestro sueño es verla envejecer junto a alguien que la quiera tanto como nosotros pero a tiempo completo. Ella hace una vida normal: se pone de pie, anda e incluso corre. Hace pis y caca en la calle sin problema. Pero hay que vigilar que se ponga de pie y no arrastre el culete que a veces es muy perezosa.
Ruth es una perra extraordinaria, una compañera leal y un corazón puro. Un ángel de luz y de vida que no tiene que morir en el refugio. Que ni siquiera debería pasar un solo día más esforzándose por ponerse de pie en el refugio.
Gracias por leer esta historia que no sabíamos por donde empezar pero que sí sabemos como debe terminar: contigo.
Ruth está en Sevilla y aunque nos gustaría que no sufriera desplazamiento ninguno, se enviaría a cualquier provincia.
Para adoptar a Ruth escribe a: difusiones.sofia2@gmail.com
¿Le haces un hueco a Ruth? Este es nuestro correo: difusiones.sofia2@gmail.com
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