La galga favorita del príncipe Alberto, "EOS", pintada por Sir Edwin Landseer. Acompañó al príncipe desde sus catorce años y viajó con él a Inglaterra. Cuando Eos murió, con diez años de edad, fue enterrada en el cementerio familiar de palacio. Landseer se encargó de realizar un monumento a Eos para su tumba.

Eso, es amar a tu perro.

"SIEMPRE QUE VEO A UN CAZADOR SEGUIDO DE SU PERRO, LA ESCOPETA AL BRAZO, NO ME OLVIDO NUNCA DE DESEARLE BUENA CAZA. DICEN QUE ESA FRASE ES DE MAL AGÜERO". Julio Verne

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Oda a mi querido amigo Negro...

Copio:

Me llega este triste homenaje que copio y comparto con vosotros.

Oda a mi querido amigo Negro.
"Lo nuestro fué un amor a primera vista, de esos que perduran más allá de la muerte. A pesar de que nos conociamos desde hacía sólo unos meses; desde aquél día que yo cambié mi camino de vuelta a casa y lo ví allí, sucio y desaliñado buscando algo que comer en los contenedores de basura. Saqué apresuradamente una latita que llevaba en el bolso que él devoró en un segundo y que no pareció saciar del todo su hambre.
 
A partir de ese día, él yo teniamos una cita en el mismo sitio a la misma hora. Un día mi amigo faltó, y tuve el presentimiento de que algo malo le habia sucedido. Seguí pasando por aquel barrio con la esperanza de volver a econtrarmelo y así fué; dos semanas después volví a verlo en una obra. Estaba mucho más flaco que cuando nos conocimos, literalmente en los huesos y su abdomen enormemente abultado. Supe en ese momento que un virus mortal se habia apoderado de su frágil cuerpecito.
 
Hice que siguiera un tratamiento paliativo que yo sabia bien no haría más que alargar unos días su triste vida. Durante ese tiempo, aguanté el desprecio de la gente; hacia él por su apariencia enfermiza, y hacia mí por ayudar a un gato abandonado, enfermo y en tan lamentable estado...no me importaron las burlas hacia mí, pero sólo dios sabe como me dolía el desprecio hacia mi amigo.
 
Ayer lo llevé al veterinario, quien me confirmó lo que hubiera deseado no tener que oir nunca: tenía pif (peritonitis infeciosa felina) una enfermedad mortal para los gatos pero como todas en absoluto contagiosa a las personas.
 
Durante unos segundos dudé. Pero el probre pronóstico por un lado, y lo contagioso de la enfermedad por otro, hicieron que me decidiera por lo que según el veterinario era la mejor opción....seis segundos después Negro, mi querido amigo dejaba de respirar... hoy lo he enterrado debajo de un almendro, al lado de mi gatita Nana fallecida hace dos años.
 
Maldigo al dueño que fué capaz de abandonar a un ser tan desvalido y cariñoso, a todos aquellos que se cruzaron en su camino y no hicieron nada por socorrerlo, por ayudarlo...y me maldigo a mí misma por no haber tenido el valor de aguantar con él hasta el final, aunque quien sabe si eso no hubiera hecho más que prolongar su agonia".
TCL
 
(A todos los gatos callejeros que como Negro, luchan cada día por la supervivencia)

1 comentario:

  1. precioso! describe a la perfeción la triste vida de los gatos callejeros y el dolor de los que los queremos y ayudamos.

    ResponderEliminar