La galga favorita del príncipe Alberto, "EOS", pintada por Sir Edwin Landseer. Acompañó al príncipe desde sus catorce años y viajó con él a Inglaterra. Cuando Eos murió, con diez años de edad, fue enterrada en el cementerio familiar de palacio. Landseer se encargó de realizar un monumento a Eos para su tumba.

Eso, es amar a tu perro.

"SIEMPRE QUE VEO A UN CAZADOR SEGUIDO DE SU PERRO, LA ESCOPETA AL BRAZO, NO ME OLVIDO NUNCA DE DESEARLE BUENA CAZA. DICEN QUE ESA FRASE ES DE MAL AGÜERO". Julio Verne

lunes, 2 de enero de 2012

Pitusa, en el corral de un cazador. (Granada)






Copio:

Esta es la historia de Pitusa, una de tantas que llegan a nuestros oídos y que no podemos ignorar a pesar de estar saturados y sin poder afrontar más gastos.

Me llamó una chica pidiéndome ayuda para hacernos cargo de Pitusa, me contó que la tenía su vecino que es cazador desde cachorra pero por más que éste hiciera intentos por que pareciera una perra de caza, cortándole la cola, Pitu nació sin instinto cazador.

Este señor dejaba encerrada a Pitusa en un pequeño corral de su patio, allí la tenía encerrada durante años, solo la alimentaba un día a la semana y se la llevaba con él de caza, pero como no hacía bien su trabajo, siempre le pegaba patadas y le daba golpes.


Es de tamaño pequeño (unos 6kg), tiene aproximadamente 3 años, ya está vacunada, desparasitada y esterilizada.

Para adoptarla escribir a: adoptalv@gmail.com
Está en Granada y se envía.
Asociación Ladridos Vagabundos
Esta chica visitaba con su perro la casa donde estaba Pitu, que se acercaba miedosa y siempre con el cuerpo tenso a olisquear, su dueño le explicaba entre risas a esta chica lo mala perra que es, que no le cazaba, a la vez que le pegaba patadas a la pobre.

No pudimos soportar más la situación y acudimos a casa de este señor, le dijimos que si no quería a la perra si podíamos llevárnosla y aceptó. Desde entonces está con nosotros en nuestro refugio, al principio estaba muy asustada entre tanto perro y gente desconocida y quería estar sola y tranquila. Pero en cuanto nos acercamos a ella con un cacharro de agua, otro de pienso mezclado con pollo y arroz y una sonrisa, cambió completamente.

Hoy Pitu es una perra muy agradecida, muy cariñosa con los humanos (especialmente con las mujeres), es sociable, tranquila, respetuosa, aún tiene esa mirada triste pero empieza a cambiar su expresión y ya no tiene miedos (eso sí, hay que tratarla con suavidad porque es muy sensible).

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