Copio:
Hoy no es un buen día… me hace gracia cuando alguien nos dice que tenemos que ser positivas. Sé que deberíamos serlo, que ese consejo no es descabellado, pero cuando los problemas no sólo están lejos de solucionarse, sino que siguen agregándose más, es muy complicado serlo. Llega un punto es que estás esperando… “¿y ahora qué? ¿qué más puede pasar?”.
Tenemos deudas, muchas… de veterinarios, de alquiler, de pienso… incontables problemas y pocas manos, como todas las asociaciones compañeras… pero nos queda el consuelo de que nuestros perros son felices. Nuestros niños, esos por los que luchamos cada día. Para mantenerles a salvo, sin que escaseen de nada. Para hacer de la desgracia de ser abandonado, sólo un encontronazo en un camino de buenos momentos. Para que se sientan queridos y arropados. Esa es nuestra motivación, nuestro consuelo, nuestra gasolina.
Por eso cuando algo pasa, cuando alguno sufre y ese resquicio de satisfacción se resiente, te vienes abajo. Sientes que lo que haces no vale de nada porque no puedes protegerlos de todo. Porque hay cosas que no están en tu mano.
Panchito es uno de nuestros abuelos. Un cruce de caniche que en otra vida nació peluche, un señorito para pasear y dormir en un sofá. Pero nunca le dieron esa oportunidad. Panchito pasó años en la calle, hasta que supimos de su existencia, entonces herido con una pata rota. Después enfermó de lo que los veterinarios llamaban una bacteria, que lo dejó totalmente calvito. Se recuperó, se puso precioso, y entonces pensamos que sería su oportunidad de marcharse a un hogar, pero no fue así.
Panchito ha seguido esperando y hace semanas que lo vemos mal. Él quiere salir al solecito a tumbarse tranquilo, a pasear. No quiere el jaleo que los jovencitos forman a su alrededor, no quiere los días de frío y lluvia en el refugio, en los que se acurruca en su camita y apenas sale.
Panchito lleva tiempo suplicándonos una casa, una casa que no somos capaces de encontrar para él, y duele mucho mirarle y decirle que aún tiene que tener más paciencia. Te sientes inútil.
Hoy sus compañeros le han pegado. Panchito es el eslabón débil y ya no tiene agarre para mantenerlos a raya y decirles que lo dejen en paz. No ha sido nada grave, pero Panchito ha asumido el papel de víctima y su actitud pasiva, frágil, invita a que se metan con él esté donde esté. Tiene que salir ya, no podemos permitir que esto pase de nuevo.
Lo que necesita está claro, la duda es, ¿lo encontraremos? Busca una casa de acogida en Sevilla, o una familia definitiva en cualquier parte del país. Tiene unos 10 años aproximados, no es tan mayor, pero lo suficiente para el refugio. A corto plazo incluso una acogida pagada, que sea de confianza y cuide a Panchito dentro de casa como si fuera uno más.
Si alguien mira estas fotos y se enamora de él, si alguien quiere darle una oportunidad…
Ayudarnos a difundirlo, ayudarnos a encontrarle ese pequeño hogar que tanto necesita. Tiene todas sus vacunas al día, esterilizado y desparasitado interna y externamente. Pongo dos fotitos de ayer y la de hoy.
CONTACTO: anap@granfamilia.org
Nuestros peques os necesitan, apoya nuestro proyecto
"Esta casa es una ruina"
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